Infrastructure capital and economic growth: the long term Mexican experience

Abstract

This Working Paper analyses the development of infrastructure capital in Mexico for the period 1935-1989, its relationship with economic growth, institutional evolution, and its role in the economic policy and strategy. It is shown here that in a long term perspective, both infrastructure and directly productive capital accounted for complementarity, therefore supporting a long-term strategy by the unfolding of externalities. This paper investigates the long term relationship between growth potential and economic infrastructure divided in sub-periods of infrastructure implementation. The first sub-period covers 1935-1954, defined as one of process of intensive capital formation, which although targeted at counteracting external shocks, resulted in a remarkable stability of infrastructure policy implementation. In an attempt to determine the time sequence of Mexican growth, a case of development via excessive capacity of infrastructure was detected to be present until 1945, turning into another of development via shortage infrastructure capacity from then onwards. By the second period covering 1954-1970, termed as one of macroeconomic stability and relative abandonment of infrastructure, produced positive effects on the whole economy rather from infrastructure capital (assets) than from infrastructure investment (flows), by realising the under–utilised output–capacity induced by infrastructure. From 1970 macroeconomic instability resulted also in an unbalanced infrastructure policy and a considerable contraction of investment, biased towards petroleum which came to an end as part of the structural reconfiguration of the economy, leading to the privatisation of these assets from 1989.

En este documento de trabajo se analiza el desarrollo del capital de infraestructura en México en el periodo de 1935 y 1989, y su relación con el crecimiento económico, evolución institucional, así como su papel en las políticas y estrategias económicas. Se muestra aquí que en una perspectiva de largo plazo, el capital infraestructural y no infraestructural fueron complementarios, contribuyendo conjuntamente a una estrategia de largo plazo que generó una serie de externalidades positivas al aparato económico. Se investiga también la relación de largo plazo entre crecimiento económico potencial y la infraestructura económica, dividida de acuerdo con subperiodos de aplicación de política infraestructural. El primer subperiodo cubre los años de 1935-1954, definido como el del proceso de formación intensiva de capital, que si bien buscó contrarrestar los efectos de choques externos, resultó en una aplicación de estos recursos sumamente estable. El segundo periodo, 1954–1970, es identificado como uno de estabilidad macroeconómica y de abandono relativo de la infraestructura, en el que los efectos positivos sobre la economía resultaron más bien del (acervo) capital de infraestructura que de sus inversiones (flujo), al materializar la capacidad instalada sub–utilizada. La inestabilidad macroeconómica registrada desde 1970 resultó también una política de infraestructura desequilibrada y una considerable contracción de sus inversiones, con un fuerte sesgo hacia la industria del petróleo. Este subperiodo concluyó con la reconfiguración estructural que en materia de infraestructura inició en 1989, con la privatización de dichos activos.