Resumen:
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Las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) son una fuente de ingreso sustancial para el Estado Mexicano. De acuerdo con el INEGI, en 2018 representaron el 52% del Producto Interno Bruto (PIB) y generaron el 74% del empleo nacional. Consecuentemente, es fundamental el fortalecimiento de las MIPYMES para la generación y conservación de empleos, así como para impulsar el comercio y favorecer la circulación del dinero. Por ello, resulta necesario incentivar el acceso de estas empresas a mecanismos de financiamiento que les permitan conseguir los recursos que requieren para continuar operando. Una de las figuras jurídicas que podría ser de utilidad para tal fin es el contrato de factoraje financiero. El Estado mexicano, a través de la institución de banca de desarrollo Nacional Financiera (NAFIN) y su programa de Cadenas Productivas, ha intentado contribuir a que las MIPYMES puedan tener recursos para su operación. El referido programa promueve la celebración de contratos de factoraje financiero entre NAFIN y MIPYMES proveedoras de grandes empresas, previamente afiliadas a una cadena productiva del programa. Este trabajo analiza al programa Cadenas Productivas para determinar si es una herramienta adecuada para facilitar la estabilidad y el desarrollo de las MIPYMES gracias a que oferta condiciones de acceso favorables. |