Resumen:
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Internet se ha convertido en una arena política relevante tanto para el ejercicio de los derechos como para la consolidación de antiguas estructuras de poder. A pesar de la concepción inicial de los espacios digitales como una herramienta democratizadora, estos han reproducido y magnificado dinámicas sociales perniciosas que inhiben el desarrollo de una democracia incluyente. Un caso ejemplar es la violencia digital que enfrentan las mujeres que participan en labores políticas —ya sea mediante un cargo público, activismo o periodismo—. Para entender este fenómeno, en este trabajo atiendo las preguntas de cómo y por qué ocurren las agresiones digitales contra mujeres que realizan actividades políticas, así como cuáles son sus efectos en ellas y en la sociedad. Para resolver estas preguntas, utilicé dos herramientas distintas (una cuantitativa y otra cualitativa). Para el componente cuantitativo, analicé el contenido de 5,520 comentarios de Twitter dirigidos a figuras célebres de la política mexicana, tanto hombres como mujeres. Para el componente cualitativo, entrevisté a ocho mujeres y —por medio de la técnica de narración de historias (o storytelling en inglés)— recolecté sus experiencias en torno a la violencia digital. Durante las entrevistas, documenté 46 agresiones distintas. Más allá de encontrar características distintivas de las agresiones en línea, los hallazgos indican que la violencia digital y de género opera como un mecanismo de sanción para las mujeres que, al participar en la política, incumplen con los roles de género que les fueron asignados. De igual manera, el sexismo se operacionaliza como una herramienta efectiva para la neutralización de una rival política. A nivel agregado, este tipo de violencia es un obstáculo para el pleno ejercicio de los derechos políticos de las mujeres. |