La rotación de cargos legislativos y la evolución del sistema de partidos en México

Abstract

Este ensayo analiza los efectos que ha tenido la no reelección consecutiva en el Congreso en la evolución del sistema de partidos en México. El autor afirma que la rotación compulsiva de cargos públicos ─iniciada en 1933─ está estrechamente vinculada al desarrollo del sistema de partido hegemónico. La reelección no consecutiva permitió que los dirigentes de este partido establecieran un control centralizado sobre la nominación de candidatos, así como el desarrollo de una gran capacidad para cooptar a los nuevos movimientos políticos y para manejar el conflicto de ambiciones respecto a los cargos de elección. Además, les proporcionó poderosos instrumentos para recompensar la cooperación de los legisladores y sancionar la indisciplina. Por último, este artículo analiza los efectos que la rotación forzosa de cargos públicos ha tenido en los partidos de oposición. Sostiene que la no reelección, junto con el sistema de distritos uninominales, ha sido un poderoso obstáculo para el desarrollo de los partidos de oposición y que no fue sino hasta que se introdujo la representación proporcional cuando dichos partidos pudieron recompensar con regularidad a sus activistas con puestos en el Congreso.

This article analizes the effects that the non-consecutive reelection in Congress has had over the evolution of Mexico’s party system. It argues, first, that the binding rotation of office ─introduced in 1933─ has been closely linked to the development of the hegemonic party. Non-consecutive reelection enabled the national leaders of this party to establish centralized control over the nomination of candidates, and provided them with a great institutional ability to co-opt emergent political movements and handle the conflict of ambitions over elective offices. It also handed them powerful means to reward discipline sanction uncoperative behanior. Finally, this article analyzes the effects of the binding rotation of office on opposition parties. It states supports that non-consecutive reelection, in conjunction with the system of single member constituencies, has inhibited the development of opposition parties and that it was not until proportional representation was introduced, that these parties could regularly reward their cadre with positions in Congress.