Operación Limpieza: un ejemplo de uso inadecuado de testigos colaboradores

Abstract

Las personas interesadas con la procuración e impartición de justicia coinciden que los testigos colaboradores o arrepentidos son una herramienta indispensable para el combate a la delincuencia organizada, fenómeno que ha puesto en riesgo la seguridad nacional, el problema viene con la implementación del mecanismo. La “Operación Limpieza”, una de las principales estrategias utilizadas durante la administración del presidente Felipe Calderón, puso en evidencia que esta figura se utilizó de manera arbitraria y deficiente, motivo por el cual, no se alcanzó el propósito para el que fue creada. Es decir, brindar beneficios a aquellos integrantes de las organizaciones criminales que aporten elementos que ayuden a detener a los líderes de las organizaciones criminales y a desarticular a este tipo de grupos delictivos. El recurso fue utilizado para perseguir y encarcelar a servidores públicos, aparentemente vinculados con el crimen organizado. Para ello se fabricaron pruebas y se brindaron testimonios falsos que llevaron a la cárcel a inocentes y que permitieron que siguieran operando con tal impunidad los grupos delictivos dedicados al tráfico de drogas, armas y personas, entre otros delitos. Dejó en evidencia que no existen protocolos, normas o lineamientos que regulen su uso y que no se verificaron los testimonios realizados por los testigos colaboradores, lo que propició que los procesados quedaran en libertad o que se desistieran de la acción penal ante la falta de pruebas. Si bien ya existen disposiciones que regulan el utilización de este tipo de testigos, falta diseñar los protocolos que permitan precisar las reglas de acceso, beneficios y medidas de protección, además de una adecuada implementación, para que se logre el objetivo previsto en la ley, detener a los principales líderes y desarticular a este tipo de organizaciones criminales.