Resumen:
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Estimar la movilidad intergeneracional del ingreso nos permite tener un índice de la persistencia socioeconómica dentro de una sociedad. Idealmente, la estimación usaría datos panel y un periodo prolongado de tiempo para estimar la relación entre el ingreso de largo plazo de los padres y madres y el ingreso de largo plazo de sus hijos e hijas. Ante la dificultad de observar dichos datos, esta investigación utiliza una alternativa aportada por Angrist y Krueger (1992) y que ha sido utilizada para otros países como Canadá, Rusia, Brasil, Italia, entre otros. Mínimos Cuadrados en Dos Etapas en Dos Muestras nos permite abordar los dos principales retos para la estimación; es posible usar características de los padres para identificar el componente de largo plazo su ingreso y, también, permite resolver el problema de no tener las características del padre e hijo en una misma base de datos al crear padres sintéticos para las muestras observables de los hijos. Los resultados indican que la elasticidad intergeneracional en México para los adultos en 2011 oscila alrededor de 0.3, las mujeres tienen un coeficiente mayor que los hombres, aunque la diferencia no es estadísticamente distinta de cero, y los hogares con ambos padres dentro del mercado laboral tienen una persistencia menor. Los resultados son consistentes con lo encontrado por estudios similares para México realizados en años recientes. Aunque la elasticidad intergeneracional estimada en este trabajo es menor a la estimada para otros países en América Latina, el modelo propuesto ignora el efecto de cambios originados por políticas redistributivas, política educativa, subsidios, entre otras características de los países, por lo que las comparaciones internacionales basadas en las elasticidades intergeneracionales deben realizarse con cautela. |